Roberto Sánchez (Buenos Aires,1 19 de agosto de 19452 -Guaymallén, provincia de Mendoza, 4 de enero de 20103 ), más conocido por el sobrenombre artístico de Sandro, fue un cantautor, actor, musico y compositor argentino de balada romántica, música rock and roll y pop en castellano. Asimismo, incursionó en múltiples oportunidades en cine, como actor protagonista e incluso como director.
Fue uno de los fundadores del rock en castellano en América Latina. Publicó 52 álbumes originales y vendió 8 millones de copias4 , aunque hay fuentes que las elevan hasta 22 millones. Algunos de sus mejores éxitos son: Dame fuego, Rosa Rosa, Quiero llenarme de ti, Penumbras, Porque yo te amo, Así, Mi amigo el Puma, Tengo, Trigal y Una muchacha y una guitarra. Su obra más famosa, Rosa Rosa, vendió 2 millones de discos. Asimismo, su tema Tengo fue considerado por la revista Rolling Stone y la cadena televisiva MTV como el n.º 15 entre los 100 mejores temas del rock argentino.
Durante su carrera también realizó 16 películas, y además fue el primer latinoamericano en cantar en el salón Felt Forum del Madison Square Garden.5 6 7 En 2005 recibió el Grammy Latino al conjunto de su trayectoria profesional.
Nació el 19 de agosto de 1945 en Valentin Alsina (Buenos Aires). Sus padres, Vicente Sánchez e Irma Nydia Ocampo, de origen español, vivían en Valentín Alsina (Lanús), una localidad de la zona sur del Gran Buenos Aires, próximo a su lugar de nacimiento, donde vivió su infancia y adolescencia. Su abuelo paterno, de ascendencia húngara, pertenecía al pueblo Rom, y se apellidaba Popadópulos. Sin embargo, al emigrar a España lo cambió por Rivadullas, nueva identidad con la que emigró hacia la Argentina. Esa herencia la adoptó Sandro, llegando a asumir el sobrenombre de Gitano.
Sus estudios primarios los realizó en la Escuela N.º 3 República de Brasil, en la calle Presidente Juan Domingo Perón 3018, de Valentín Alsina. Su pasión por la música nació desde niño. Como muchos otros adolescentes y preadolescentes argentinos, se sintió fuertemente atraído por la música y las actuaciones del cantante estadounidense Elvis Presley, desde sus inicios en 1955-1957, a quien comenzó a imitar en su último año de asistencia a la escuela primaria. Muchos años después, consiguió ver el espectáculo de su ídolo desde la primera fila del Boston Garden.
Su primera «actuación», que lo marcaría por el resto de su vida, fue el Día de la Independencia Argentina, el 9 de julio de 1957, en el acto de su escuela, cuando su maestra de 6.º grado lo invitó a realizar su conocida imitación de Elvis, llevándose los aplausos y la ovación del público asistente. Fue entonces que se despertó su vocación por la actuación burlesca.
En 1960, en sus primeros intentos como solista, adoptó el seudónimo de Sandro, y al poco tiempo, formó el grupo Los Caniches de Oklahoma y grabó su primer sencillo, un rock en castellano de su autoría, «Comiendo rosquitas calientes en el Puente Alsina». Los integrantes del grupo eran: Héctor Centurión (voz y bajo); Carlos Ojeda (piano y percusión); Armando Cacho Quiroga (batería); Sandro (primera guitarra); y Miguel Lito Vázquez (guitarra rítmica). En 1961 cambiaron de nombre por Los de Fuego. Al principio, el cantante del grupo fue Centurión, mientras que Sandro era la guitarra líder y la segunda voz y hacía los coros. A fines de 1962 Centurión perdió la voz, siendo reemplazado por Sandro, quien poco a poco se dedicó exclusivamente a su rol de cantante líder. En 1963 comenzaron a llamarse Sandro y Los de Fuego, con la siguiente formación: Héctor Centurión (bajo); Enrique Irigoytía (guitarra rítmica); Armando Cacho Quiroga (batería); Sandro (voz) y Juan José Sandri (guitarra).
Por entonces el rock and roll ya estaba instalado en Argentina, desde al menos cinco años atrás. A los primeros ídolos del rock, como Elvis Presley, Little Richard y Bill Haley, se habían sumado artistas y bandas de rock latinas que cantaban en castellano, como Los Dukes, Los Cinco Latinos (grupo que en 1959 lanzaron su segundo álbum, «Dimelo tú» (Columbia), elegido como primer corte por haber sido el primer tema de rock and roll compuesto por autores sudamericanos) y Luis Aguilé (en la Argentina), Ritchie Valens y La Bamba (en California), y Los Teen Tops, Los Blue Caps y Los Locos del Ritmo (en México) y decenas de otros. En esa década comenzaron a llegar también las bandas de la llamada invasión británica, entre las que se destacaban los Rolling Stones y sobre todo Los Beatles.
Los de Fuego comenzaron haciendo versiones de los temas clásicos del rock anglosajón, en idioma castellano de artistas y grupos como The Beatles, Elvis Presley, Rolling Stones, Jerry Lee Lewis, Paul Anka, etc.
El 13 de septiembre de 1963 grabó su primer disco, un simple para la filial argentina de CBS, pero sin el grupo Los de Fuego. En un lado estaba la versión en castellano de «¿A esto le llamas amor?», de Paul Anka, y en el otro «Eres el demonio disfrazado», de Elvis Presley. En ese disco, el grupo que le acompañó es el de Milo (sobrenombre artístico de José Carlí) y su Conjunto. El disco no tuvo trascendencia.
Poco después publicó un segundo disco, un EP, con el título de Presentando a Sandro, que incluía «Bésame pronto» (Elvis), «Choza de azúcar» (de Jimmy Gilmer & The Fireballs), nuevamente «¿A esto le llamas amor?» y el novedoso «Polka Rock» (de Alejandro Chamica).
El 28 de febrero de 1964, Sandro convenció a CBS y logró grabar el primer tema con Los de Fuego, una versión en castellano del famoso «Hay mucha agitación» (Whole Lotta Shakin’ Goin’ On de Jerry Lee Lewis). El tema fue lanzado en un EP llamado Al Calor de Sandro y los de Fuego, junto con «Las noches largas» (de Adriano Celentano), «Twist de Mamá Gansa» (de Teddy Randazzo) y el tradicional folk «Viajero solitario».
A mediados de 1964 Sandro y Los de Fuego comenzaron a realizar una serie de actuaciones en la televisión de Argentina, su debut fue en «Aquí la Juventud», y luego participó del programa Sábados Circulares, de Pipo Mancera, que terminó impulsándolo a la popularidad. Sandro se vestía e imitaba los movimientos de Elvis y esos movimientos escénicos levantaron todo tipo de polémica. Fue llamado entonces «el Elvis criollo» o «el Elvis latino», a pesar de que tanto su baile como su música no se parecía absolutamente nada a lo que Elvis hacía. Terminaba su espectáculo después de saltar de un lado hacia el otro y tirándose por el suelo sobre sus rodillas. Sandro hacía que sus seguidores imitaran sus movimientos frenéticos, y, sobre todo, que sus seguidoras gritaran, lloraran y se desmayaran.
Las presentaciones de Sandro provocaron la reacción de algunos influyentes grupos fundamentalistas católicos que lograron excluir a la banda de la televisión durante algunas semanas. Pero Mancera enfrentó la informal censura, amenazando con su renuncia, y la misma fue levantada.
Aquellas presentaciones de Sandro y Los de Fuego en Sábados Circulares se encuentran registradas en blanco y negro, y han sido publicadas en varios videos. Por otro lado, la primera película en la que el artista aparece es Convención de vagabundos,10 de 1965, en un rol secundario.
A principios de 1965 apareció Sandro y los de Fuego, el primer álbum de Sandro, incluyendo versiones de Los Beatles («Te conseguiré», «Anochecer de un día agitado»), Jerry Lee Lewis («Hay mucha agitación»), Buddy Holly («Peggy, Peggy»), Elvis («En mi mente»), etc.
El segundo álbum salió el mismo año, Al calor de Sandro y Los de Fuego, reiterando la línea de realizar versiones de temas exitosos del rock anglosajón («La casa del sol naciente», «Boleto para pasear», «Es una mujer», «Perseguiré al sol»).
Antes de finalizar 1965 se disolvieron Los de Fuego, y Sandro formó una nueva banda soporte, The Black Combo (homenaje a Bill Black, bajista de Elvis). El grupo estuvo integrado por músicos provenientes del jazz, como Negro Orlando (guitarra), Adalberto Cevasco (bajo), Fernando Bermúdez (batería), Bernardo Baraj (saxo) y Miguel Abramec (percusión).
Al comenzar 1966 Sandro lanzó su tercer álbum, El sorprendente mundo de Sandro, que incluye temas interpretados con distintas bandas: con Los de Fuego en las últimas grabaciones realizadas en 1965, con los Black Combo y con la orquesta de Oscar Cardozo Ocampo. En este álbum aparecieron las primeras canciones de Oscar Anderle, autor de muchas de las letras de melodías compuestas por Sandro, entre ellas «Solo sin ti». Incluye también una versión notable de «Melodía desencadenada» (Unchained Melody), de Alex North.
A fines de 1966 salió su cuarto álbum, Alma y fuego, en donde ya comienza a notarse un cambio de orientación musical hacia ritmos más latinos. Nuevamente lo acompañan Oscar Cardozo Ocampo y The Black Combo. El disco fue editado también en los Estados Unidos, donde tuvo más éxito entre las comunidades latinas que el moderado que obtuvo en Argentina. El álbum incluye «Como caja de música» de la dupla Sandro-Anderle, donde ya puede notarse claramente el peculiar estilo de balada romántica proveniente del rock, desarrollada por la dupla y que haría famoso a Sandro.
A mediados de 1967 Sandro lanzó su último álbum de la etapa roquera, Beat Latino. Ya en el título del álbum se nota la decisión de dirigirse musicalmente hacia una fusión de los nuevos ritmos provenientes del rock and roll con los nuevos ritmos y estilos latinos, especialmente la balada romántica, con el fin de desarrollar una música moderna y juvenil pero también de fuerte arraigo popular. El álbum tiene cinco temas con The Black Combo, tres con Oscar Cardozo Ocampo y cuatro con Jorge López Ruiz, con lo que comienza a interpretar temas arreglados y dirigidos por este indiscutido músico argentino, en sus inicios bajista, que se convierte en el director y arreglador musical de los grandes éxitos de Sandro, con orquesta y coros que hasta el día de hoy asombran por su armonía musical. El disco incluye un tema de Luis Aguilé («Miguel e Isabel») y el éxito «Ave de paso» de Sandro-Anderle, así como «Con los ojos del recuerdo», de la misma dupla.
Con el dinero que comenzó a ganar con sus presentaciones y discos, Sandro alquiló en 1966, junto con otros roqueros argentinos, el local La Cueva, en la calle Pueyrredón 1723 de Buenos Aires, para formar un centro de reunión y difusión del rock argentino. La Cueva contrató a Litto Nebbia y Los Gatos como banda permanente del local, banda que poco después (1967) grabaría el tema «La balsa», dando origen a lo que ha dado en llamarse «rock nacional» argentino.
En la segunda mitad de la década Sandro cambió la chaqueta de cuero por el smoking y la corbata, los jeans por los pantalones acampanados, pero conservando el pelo largo revuelto y la patillas largas y los movimientos convulsivos a lo Elvis, que profundizó desarrollando un estilo propio que terminó siendo su marca personal.
A fines de la década del 60 Sandro empezó a cambiar radicalmente su estilo, abandonando el rock and roll clásico en castellano, para diseñar un repertorio más popular, siendo uno de los pioneros de la balada romántica latinoamericana, derivada del bolero, que se convertiría en el género pop latino por excelencia en la siguientes décadas.13 Sandro le aportó temáticas, poses y ritmos extraídos del rock and roll, que la hicieron provocativa y atractiva para los jóvenes de los sectores más populares de las comunidades latinas de América, y muy especialmente para las mujeres.
Una parte esencial de su estilo fue la adopción de una pose de seducción sexual abierta, que Sandro dirigió hacia las mujeres, expresándolo en sus letras y ritmos, pero sobre todo en su voz y movimientos, obviamente derivado de Elvis Presley, pero que alcanzó una plena identidad personal pues dominaba a la perfección tanto las notas musicales, como las modulaciones, intenciones y maneras de su voz, develándose como el gran intérprete latino de todos los tiempos. Este estilo sexual irreverente tuvo un efecto arrasador sobre las jóvenes latinoamericanas. Las fanáticas de Sandro (sus «nenas») llegaron a ser tan importantes como él mismo, devolviendo en sus presentaciones un clima de desenfreno y sexualidad, entre las que se volvió un clásico arrojar al escenario su ropa interior. Para la época, el mensaje de Sandro resultaba un revulsivo radical contra las normas morales establecidas sobre la virginidad de las mujeres y las relaciones prematrimoniales, férreamente establecidas en toda América Latina.
A comienzos de 1967 Sandro hizo su segunda aparición en cine15 pero fue a fines de ese año cuando comenzó la seguidilla que hizo estallar la balada romántica en el gusto popular del continente.
Todo comenzó en octubre con su presentación en el Festival Buenos Aires de la Canción cantando la balada «Quiero llenarme de ti», que le valió ganar el festival y volverse enormemente popular de la noche a la mañana. El éxito se consolidó con el lanzamiento inmediato del sencillo «Quiero llenarme de ti», que rompió récords de ventas y se publicó en varios países de habla hispana y comunidades latinas de EE. UU., marcando el inicio de su carrera artística internacional.
El éxito enmarcó el lanzamiento de su sexto álbum, antes de que terminara 1967, que también tomó el nombre de Quiero llenarme de ti. El título con el que había sido pensado inicialmente, Vibración y ritmo quedó como subtítulo del nuevo trabajo. El disco incluye éxitos como «Atmósfera pesada», «Después de la guerra», «Creyente soñador» y «Las manos», y la orquesta que lo acompañara fue la de Jorge López Ruiz, quién seguiría haciéndolo en los siguientes.
El primer trimestre de 1968 terminó de consolidar a Sandro en una continuidad exitosa, lanzando un simple por mes, todos éxitos: «Porque yo te amo», «Como lo hice yo» y «Una muchacha y una guitarra» (años después lo grabaría Bersuit Vergarabat), entre otros.
Entretanto, en febrero de 1968, Sandro se presentó en el Festival de Viña del Mar (Chile), donde volvió a ganar, repitiéndose el furor popular, especialmente femenino, desatado en el festival de Buenos Aires. Viña, un festival clave de la música continental, le abrió las puertas de los países latinos: Venezuela, Colombia, Perú, Uruguay, Paraguay, Ecuador, México, Puerto Rico, Costa Rica y República Dominicana. Su éxito se extendió a las comunidades latinas de EE. UU.
El éxito fue sellado con el lanzamiento en toda América de su séptimo álbum, Una muchacha y una guitarra.
Un nuevo salto se produjo a fines de ese año de 1968, cuando lanzó su octavo álbum, el más exitoso de su carrera: La magia de Sandro. Con éxitos como: «Penas», «Penumbras», «Así», «Tengo», «Por tu amor», «París ante ti», «Por algún camino», «Lluvia de rosas», «Yuma yoe», «Me amas y me dejas» y «La juventud se va». En este álbum el dúo Sandro-Anderle (todos los temas les pertenecen) ya ha definido las características de la balada romántica que buscaban, matizándola con algunos temas de ritmo más marcado y aire rocanrolero. Los principales temas son «Penumbras», «Por tu amor», «Así» y «Tengo». Este último ha sido considerado en 2002 por la cadena MTV y la revista Rolling Stone, como el n.º 15 de los 100 mejores temas del rock argentino.
Notablemente, el mundo del naciente rock nacional argentino, que, entre otras variantes, experimentaba la fusión de rock and roll con formas de pop y folclore latino, con el fin de ganar masividad y un sonido diferencial del rock internacional, y también orientaban gran parte de sus letras contra la moral sexual tradicional católica, rechazó a Sandro sin contemplaciones, con el argumento descalificador de que se trataba de «música grasa»16 («grasa» es un término utilizado por las clases medias y altas de la Argentina, para denominar despectivamente a la clase obrera y los gustos populares). Habría que esperar dos décadas para que se iniciara una revalorización general de Sandro por parte del rock nacional.
El 68 terminaba con las provocativas baladas de Sandro haciendo furor entre la juventud latinoamericana. Simultáneamente, ese año Europa había sido sorprendida por el Mayo francés y los Estados Unidos vivían el movimiento hippie y la contracultura roquera en contra de la Guerra de Vietnam, movimientos que habían estallado el año anterior en el llamado Verano del amor. En América Latina, el asesinato del Che Guevara y la derrota de su movimiento guerrillero en Bolivia el año anterior anticipaban una era de dictaduras que abarcarían todo el continente generalizando el terrorismo de estado, durante las siguientes dos décadas.
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